Por Dalia Reyes Perera
Los estudios sobre los diferentes usos que puede tener el sorgo es otro aval para que la comunidad científica villaclareña hoy se ubique en el sitio cimero del país, y este territorio haya ganado la sede por el Día de la Ciencia cubana, este 15 de enero.
El Doctor Orlando Saucedo Castillo, del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP), de la Universidad Central, quien ha encabezado durante muchos años estas investigaciones, señaló que, en un inicio, fueron dirigidas a la obtención de una tecnología para la producción de sorgo para la alimentación animal.
Como favorable impacto, hoy Villa Clara cuenta con 653 convenios porcinos, utilizando el grano como un sustituto en la dieta de los cerdos, explicó el investigador y puntualizó que el año que concluyó se sembraron más de 149 hectáreas, fundamentalmente con variedades del banco de germoplasma de esa institución científica, con gran aceptación de los productores, por lo cual la experiencia se ha generalizado a diez provincias del país.
Sin embargo, es el empleo del Sorgo en la alimentación humana para niños celiacos donde Saucedo y su equipo han logrado otro impacto profundamente humano. Estos pequeños que no pueden consumir grasa ni harina de trigo por problemas en su sistema digestivo, pueden consumir golosinas como panes, mantecados, y otros dulces elaborados a base de sorgo, sin que les afecte su salud.
“ Nuestra provincia tiene 48 niños con este padecimiento y a partir de trabajo científico multidisciplinario con otras facultades de la Universidad central, así como la Empresa Provincial Productora de Alimentos (EPA) junto a los especialistas del Hospital Pediátrico “José Luis Miranda”, hemos consolidado los resultados gracias al trabajo unido del grupo”, insistió.
Recientemente se realizó una prueba con niños enfermos de celiaquía, y se encuestó a los pequeños sobre la aceptación de dulces y panes elaborados a partir de harina de sorgo y la respuesta fue positiva, según explicó Saucedo, quien agregó que elaboraron un recetario de 24 productos, para elaborar alimentos en función de los gustos del niño enfermo y su familia.
Ya se le entregan mensualmente mantecados, galletas dulces y panecillos, además de una bolsa de harina de sorgo a las familias de niños celiacos, para que en su hogar se le elaboren los alimentos de acuerdo a su predilección, como otro impacto de gran valor humano de la ciencia villaclareña, a favor de la salud y la calidad de vida del pueblo.
Fotos tomadas de la revista Bohemia.cu